Cambiar hábitos es complicado
Cualquier cambio que merece la pena es difícil. En Gratix queremos cambiar el mundo mediante el consumo responsable, que es un cambio ambicioso, y como tal requiere persistencia para lograrlo.
Todos los que hemos intentado cambiar hábitos sabemos lo complicado que es, por muy buena voluntad e ilusión que se ponga inicialmente, como con los propósitos de año nuevo. Dicen que hay que hacer algo nuevo 21 veces para convertirlo en hábito. Por mucha que sea la motivación, hay que luchar inicialmente contra la inercia y “comodidad” de lo habitual, mayor aún en mecanismos tan arraigados como el consumismo.
Sin embargo, una vez superada esa resistencia inicial, el cambio libera y puede sentar muy bien. Pero es complicado sin un detonante que nos ayude a arrancar.
Dar gratis nos hace libres
En un mundo en el que sobran cosas pero seguimos produciendo y consumiendo más de lo que necesitamos, el cambio es necesario y urgente. Por eso al concebir Gratix pensamos en cómo acelerarlo. Qué puede ayudarnos a vencer el apego a lo material a la vez que facilitar algo tan bonito como compartir. Y pensamos que hacía falta algo radical.
Así es como llegamos al Gratis como base de Gratix. No poner precio a las cosas facilita mucho el desprenderse de ellas, evitando fijarlo y tener que negociar. Pero el gratis también contiene una ingrediente secreto: aunque inicialmente cuesta más decidirse por regalar las cosas, una vez que lo hacemos nos sentimos mucho mejor. Disfrutamos de la experiencia pero también sentimos el orgullo de liderar con el ejemplo. Y esa propia satisfacción nos motiva a hacerlo de nuevo.
Esta gratuidad encaja muy bien con un estilo de vida minimalista y generoso. A nuestro propósito de vivir con menos, unimos el darle un buen uso a las cosas que ya no usamos. Pensemos por ejemplo en métodos como el de Marie Kondo: darle una segunda vida a las cosas haciendo feliz a alguien puede duplicar el “spark joy”.
¿Por qué regalar algo cuando puedo venderlo?
Al descubrir Gratix, algunos nuevos usuarios nos hacen esta pregunta. ¿Qué hemos aprendido juntos?
Frente a la venta, regalar facilita liberarse de cosas de forma rápida, evitando regateos y chats infinitos.
Pero regalar también nos da mayor libertad para decidir a quién regalamos y por qué. ¡En Gratix tú decides a quién regalas!. Con ayuda de la información que te proporciona la app para decidir, que te permite priorizar más fácilmente y sin agobios si tienes demasiadas solicitudes. Tú decides si eliges a un amigo (o al amigo de tu amigo), a un vecino cercano, a alguien que en su perfil demuestra generosidad, o al que al hacer la solicitud te cuenta una historia que te conmueve. Y esa decisión puede ser muy distinta si regalas un colchón que ahora te estorba, del que quieres prescindir rápidamente, o un objeto de especial valor material o personal, cuyo destino quieres elegir bien y sin prisa. En cualquier caso la decisión es tuya.
Pero, además, regalar sienta bien. Como al cumplir deseos de amigos o desconocidos. Regalar hace sentir bien, y muchas veces se siente mejor el que regala que el que recibe. Incluso la ciencia ha confirmado que regalar nos hace felices. En un mundo en el que necesitamos menos cosas y más buenas experiencias, eso tiene un especial valor. Genera el impulso especial del orgullo de actuar de forma responsable y liderar el cambio. De la misma forma que reciclar, hacer voluntariado o echar una mano a un desconocido cuando lo necesita.
Lo mejor de la vida es gratis
«El dinero no da la felicidad»
Dice el dicho que “el dinero no da la felicidad”. Aunque indiscutiblemente ayuda a resolver necesidades y hay cosas que por su valor material parecen resistirse a la idea de regalarlas pudiendo ponerlas en venta, (casi) todo lo bueno de la vida es gratis. Lo que nos hace felices son las experiencias, no las cosas. Son las personas, no lo material.
«Cadena de favores»
Gratix facilita participar en una “cadena de favores” en la que todos nos ayudamos. En la que, si yo ayudo a alguien hoy, alguien me ayudará mañana.
La magia de Gratix es que, gracias al karma y el historial de generosidad en nuestro perfil, esta ayuda mutua no se limita al modelo de intercambio tradicional, sino que se asemeja mucho más a la idea de la película «Cadena de favores»: si ayudas a alguien, alguien más te ayudará cuando lo necesites.
Por eso el funcionamiento de Gratix difiere de plataformas de compra-venta y te proporciona la mejor app para regalar, y que esa generosidad te impulse cuando solicites un regalo.
Dicho de otra forma, que Gratix sea gratis también compensa. Incluso de forma egoísta puede salir más a cuenta que esforzarse en regatear comprando y vendiendo cuando tenemos tantas cosas que ya no usamos, y los demás también. Gracias al karma, con Gratix lo que hoy damos de forma desinteresada puede llegar de vuelta cuando más lo necesitemos.
¿Empezamos?
La gratuidad es un acto liberador, pero es también un estilo de vida que se centra, no en regatear, sino en la solidaridad entre todos, para, con menos cosas, cambiar el mundo poco a poco. A la vez que nos sentimos mejor. Y dejar que el karma haga el resto. Por eso Gratix es gratis.
Empieza a sentirte más libre descargando Gratix para Android o iPhone. ¿A qué esperas? Y recuerda en perseverar al principio (al menos 21 veces).
¿Preparado para tu #momentogratix?
